Cuando te vienen las ganas, mejor hazlo sin pensarlo mucho.


Sábado 1 de Abril

Sumaron 3.5 las horas que dormí. Me levanté a las 6:00 am, dí tetero, puse a los bebes en el coche y se los deje a cargo a la Sra. Marta. Tabatha y Juan Carlos dormían.

Era el momento ideal para hacer lo mismo y recuperarme.

Regresé a mi habitación, con aire acondicionado y mi suave plumón. A pesar de tanta tranquilidad no pude conciliar el sueño, y me pasó algo rarisimo: SENTI GANAS DE HACER EJERCICIOS. Siiii, en vez de dormirme me puse a pensar en la sensación de ir a caminar al aire libre.

Me encontraba en un dilema. Quería hacer ejercicio, pero estaba tratando de dormir mas. Finalmente tome la decisión de pararme y salir al parque.

Caminé a paso rápido por 1 hora completa, lo disfruté muchísimo. Sudé, sentí mis músculos moverse, pensé,  reflexioné, y también despejé la mente, sintiendo, solo mis latidos, la respiración, el calor del sol y la brisa fresca. Fué simplemente ¡perfecto! tanto que hasta tomé agua de coco.

Cuando vienen las ganas de hacer algo, es mejor hacerlo sin pensarlo mucho, de seguro algo bueno vas a sacar, mucho mas  que no hacerlo.



Mariana

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